Pepe es un puntazo.
Hace tiempo que se mudó de casa. Después de la última Gran Derivación Mundial.
Lo pasamos mal. Algunos desaparecieron sin dejar rastro, y otros...están irreconocibles.
Pepe y yo somos buenos colegas. Vivíamos juntos en una parábola invertida. A Pepe le gusta la escalada, tanto como a mí. Pasábamos buenos ratos juntos, llegábamos al máximo...y después caída libre. Eran buenos tiempos.
Ahora mi vida es super-lineal, no tengo altibajos. Mis días se pasan caminando en una suave pendiente.
Pepe tuvo suerte, logró alcanzar una exponencial cuando pasaba cerca de nuestro origen. Se arriesgó mucho. Podía haberse caído y haberse perdido en la inmensidad del plano. Eso vuelve loco a cualquiera, no tienes trayectoria, ni un camino que seguir...
Pero Pepe lo consiguió, es un superviviente.
Yo estoy pensando en dar el salto...con un poco de suerte alcanzo a Pepe, que se lo pasa bomba escalando los 1000 metros en seis pasos. Eso es subir!....tan deprisa que da vértigo.
Si me quedo aquí, puedo llegar a desaparecer, aunque corre el rumor de una Gran Integración Mundial...eso estaría bien. Volvería a mi parábola invertida, y sería feliz de nuevo, jugando a alcanzar el máximo...
En fin, no sé que hacer...
A Pepe estos temas ya no le preocupan...
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